Investigadores de diferentes partes del mundo han encontrado que hay un impacto positivo de las mascotas en el afrontamiento de enfermedades crónicas y más aun, al comparar con medidas fisiológicas como presión arterial, triglicéridos, y niveles de colesterol; además se ha reconocido que la compañía de las mascotas es un reductor de estrés.

 

En nuestra investigación, al analizar datos de 246 personas con edad promedio de 29.14 años (D.E.=11.71)  encontramos diferencias significativas en los niveles de estrés al dividir en dos grupos de acuerdo a: (1) considera al perro como miembro de la familia vs. es una mascota o es el guardián de la casa. Lo mismo que al dividir en dos grupos de acuerdo a: (1) entrena al perro en obediencia desde algunos días de la semana hasta varias veces al día vs. lo entrenan de vez en cuando o nunca.

 

Es decir, quienes consideran al perro miembro de la familia (con todo lo que esto tiene añadido, acariciarlo más, jugar con él, etc.) y quienes lo entrenan en obediencia al menos algunos días a la semana, tienen menor nivel de estrés percibido.

 

Los resultados más relevantes reflejan que el nivel de estrés de las personas que tienen perros es inferior al de personas con enfermedades crónicas y estudiantes universitarios.